de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (UNLP)
Un recorrido por la poesía latina y vernácula (siglos V - XIV)
Desde los himnos ambrosianos hasta las canciones del otoño medieval, un paseo didáctico, “exótico” y “fundamental” al mismo tiempo, que recala en textos raramente incluidos en los programas de estudios y que, no obstante, constituyen hitos literarios y estéticos indispensables para la comprensión de la historia literaria y artística de las distintas nacionalidades europeas.
14 de abril de 2012
Himnodia cristiana latina (ss. IV-V)
Aeterne rerum conditor (himno ambrosiano)
Æternererum conditor, noctem diemque qui regis, et temporum das tempora, ut alleves fastidium;
Praeco diei iam sonat, noctis profundae pervigil, nocturna lux viantibus a nocte noctem segregans.
Hoc excitatus lucifer solvit polum caligine, hoc omnis erronum chorus vias nocendi deserit.
Hoc nauta vires colligit pontique mitescunt freta, hoc ipsa petra ecclesiae canente culpam diluit.
Surgamus ergo strenue! Gallus iacentes excitat, et somnolentos increpat, Gallus negantes arguit.
A Ti, Dios, te alabamos,/ a Ti, Señor, te aclamamos./ a Ti, eterno Padre,/ venera toda la tierra.
A Ti todos los ángeles, / a Ti los cielos y todas las potestades:/ a Ti los querubines y serafines/ con incesante voz Te proclaman:
Santo, Santo, Santo,/ el Señor, Dios de los Ejércitos./ Llenos están los cielos y la tierra/ de la majestad de tu gloria.
A Ti el glorioso coro de los apóstoles,/ a Ti el venerable número de los profetas,/ a Ti el blanco ejército de los mártires te alaba.
A Ti a lo largo de todo el mundo/ te aclama la Iglesia santa,/ [como a] Padre de inmensa majestad,/ [como a] venerable verdadero y único Hijo tuyo,/ y también [como a] Espíritu Santo Paráclito.
Tú, el Rey de la gloria, Cristo./ Tú eres el Hijo sempiterno del Padre./ Tú, que asumiste al hombre para liberarlo,/ no desdeñaste el útero de una Virgen.
Tú, vencido el aguijón de la muerte,/ abriste a los creyentes los Reinos de los Cielos./ Tú estás sentado a la derecha de Dios,/ en la gloria del Padre.
Creemos que has de venir como juez./ Te rogamos, pues, que sostengas a tus siervos,/ a quienes redimiste con preciosa sangre./ Haz que en la gloria eterna/ con tus santos sean contados.
Salva a tu pueblo, Señor,/ y bendice tu heredad./ Y reina sobre ellos/ y ensálzalos eternamente.
A lo largo de cada uno de los días te bendecimos/ y alabamos tu nombre para siempre,/ y por los siglos de los siglos.
Dígnate, Señor, en este día/ sin pecado guardarnos./ Ten misericordia de nosotros, Señor,/ ten misericordia de nosotros.
Que se dé tu misericordia, Señor, sobre nosotros,/ tal como lo esperamos de Ti./ En Ti, Señor, esperé,/ no quedaré confundido para siempre. Amén.
A solis ortus cardine
Himno de Laudes (en tiempo de Navidad), atribuido a Celio Sedulio (s. V). Es un ejemplo temprano de composición alfabética (hymnus abecedarius).
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